No hay que llorar por lo que ya pasó, ¿verdad? Lo hecho, hecho está. Lo mejor para mí es mirar atrás e intentar aprender todo lo que pueda. Me hago varias preguntas que me ayudarán a prepararme mejor para situaciones similares. ¿Qué pasó allí? ¿Estaba demasiado cerca del cartón de leche? ¿Estaba distraído, mirando mi teléfono o los periódicos que había en la encimera? O tal vez empiece a dudar de todos mis hábitos de compra de leche. ¿Es más seguro un jarro que un cartón? ¿Es más inofensiva una caja de zumo de naranja que un cartón de leche? Tal vez debería empezar el día bebiendo agua, dicen que es más saludable.
Ahora, supongamos que este cartón de leche es todo el modelo de negocio. Probablemente, tú y yo hayamos derramado nuestra parte de leche y nunca lo hayamos pensado dos veces, pero cuando se trata de decisiones y elecciones más cruciales que hemos tomado en el camino empresarial, todos desearíamos estar mejor preparados, saber más o tener ese amigo adivino que nos guiara por el camino correcto.
Llevo más de nueve años como director ejecutivo de Optimove y he cometido muchos errores durante este tiempo. En este artículo, compartiré cinco cosas importantes que me hubiera gustado que un amigo me hubiera dicho al principio. Pero antes de entrar en materia, quiero señalar algo importante: incluso si hubiera tenido a este amigo que me hubiera dado buenos consejos desde el principio, probablemente lo habría ignorado y habría cometido estos errores de todos modos...
Busca un cofundador que pueda ser el director técnico
Mi cofundador y yo no nos complementábamos de la manera deseada. En ese momento, mis habilidades se centraban más en las ventas, las operaciones y el marketing, y mi cofundador tenía un doctorado en algoritmos y aprendizaje automático. Ambos sentíamos que realmente necesitábamos a ese técnico, alguien que pudiera dirigir nuestra estrategia tecnológica y asegurarse de que contáramos con la mejor tecnología para nuestros objetivos: un verdadero director técnico. Desde el principio sentimos que nuestra falta de un líder tecnológico era una gran desventaja.
La importancia del MVP (producto mínimo viable). Supongamos que eres la persona que tuvo la idea del primer teléfono móvil. ¿Qué haces para demostrar tu visión? Coges un ladrillo, le pegas unos números y tratas de venderlo. Ahora que ya está en el mercado, puedes volver a la mesa de diseño y seguir planificando. Esto es lo que deberíamos haber hecho con nuestro producto. Los clientes que compran la primera versión de tu producto son los que más lo necesitan y los que más indulgentes serán con sus defectos. Tus primeros seguidores (clientes) te ayudarán a ofrecer un producto mejor gracias a sus comentarios. En retrospectiva, deberíamos haber lanzado nuestro producto mucho antes de lo que lo hicimos.
Contrata a la persona adecuada cuando te expandas al extranjero
Es sencillo: cuando te expandes, debes invertir mucho tiempo y cuidado en contratar a las personas adecuadas para dirigir tus sucursales en el extranjero. Estuve dudando entre dos candidatos y elegí al más experimentado, aunque algo me decía que no encajaría en la estructura de la empresa. Descubrí rápidamente que había sido un error y que nos había frenado. Debería haber elegido al otro candidato.
Trasladarse a Estados Unidos antes
Pienso en esto a menudo. ¿Qué podría haber pasado y dónde estaríamos ahora si me hubiera trasladado a Nueva York, por ejemplo, dos años antes de lo que lo hice, en abril de 2016? Pero no estaba preparado. Ni personal ni profesionalmente. La empresa no estaba preparada. Y no se puede contratar a gente para que te impulse. Intento ser indulgente conmigo mismo en este asunto.
Contratar a talentos con experiencia en una fase más temprana Ya llevamos nueve años y muchos de nuestros directivos llevan con nosotros desde el principio. Uno de mis lemas es confiar en quienes te siguen desde el principio, quienes creyeron en ti y en la empresa, pero es importante ayudarles a incorporar nuevas mentes con una perspectiva fresca, que vean mejor las cosas desde fuera. A medida que crecíamos, las personas que contraté en los últimos años nos ayudaron mucho a mí y a mis «antiguos» directivos a trabajar de forma más eficiente y a aprender mucho.
Este artículo se publicó en Forbes Communications Council
