Mi esposa, nuestro hijo, nuestro perro y yo recientemente abordamos un avión con destino a Nueva York. En las últimas semanas, con el ajetreo de planificar, empacar, desmontar y despedirnos, a veces era difícil recordar por qué decidimos mudarnos en primer lugar.
Soy el fundador y director ejecutivo de una empresa exitosa que opera en Tel Aviv, Londres y Nueva York. Tras poner en marcha Optimove con éxito, el negocio despegó de forma espectacular y nuestra lista de clientes ahora abarca todo el mundo. Aun así, he decidido dejar la sede de la empresa que construí y establecerme en Nueva York. He aquí el motivo.
La NBA de la tecnología
Si puedes triunfar allí, puedes triunfar en cualquier parte, dice el refrán, y esto es aún más cierto en el ámbito tecnológico. Si quieres ser un actor importante en el sector tecnológico, tienes que hacerlo en Estados Unidos. Estados Unidos es la NBA de la tecnología, y si eres un gran tirador, quieres jugar en la NBA. Para convertirte en líder del mercado o líder de tu categoría, necesitas tener una presencia importante en Estados Unidos. Y la tendencia de los estadounidenses a ser los primeros en adoptar las novedades es una verdadera bendición para el crecimiento.
Sin embargo, con el tiempo descubrí que tu operación estadounidense no se puede dirigir a distancia. Es un mercado muy competitivo y realmente necesitas estar presente sobre el terreno. No puedes hacer negocios en Estados Unidos a través de Skype o GoToMeeting, tienes que estar allí en persona para cerrar el trato. Y cuando quieres establecer una operación estadounidense, las mejores prácticas enseñan que la persona que debe hacerlo es el fundador o el director general.
Crear una empresa en otro continente requiere mucho espíritu emprendedor y la capacidad de construirla desde cero. Y en los negocios, esta es, sin duda, la parte más difícil. Por lo tanto, es lógico que la persona que ya ha hecho esto antes se apoye en esa experiencia al abordar el mercado estadounidense. Y dado que es un mercado difícil, también es sensato trasladar a la persona con mayor capacidad: la que está más familiarizada con el producto, la competencia y el caso de negocio.
Estar sobre el terreno me permitirá contratar y formar a profesionales de alto nivel. Es cierto que tenemos Skype, pero incluso en 2016 sigue sin haber mejor alternativa que la interacción humana cara a cara. Y eso es exactamente lo que pienso hacer: reunirme con todo el mundo que pueda, cara a cara. Después de tener el Atlántico entre mis clientes y yo, voy a aprovechar al máximo el hecho de estar allí.
Desde el punto de vista empresarial, el hecho de que el director general dirija la oficina estadounidense también envía un mensaje claro al mercado estadounidense: nos tomamos muy en serio su éxito con nuestros productos y servicios, hasta el punto de que el director general de la empresa está al frente de la operación.
Dejar el hogar
Dejar tu base de operaciones no es nada fácil, y no siempre es práctico. Para poder irte, necesitas tener una operación que funcione sin problemas. Asegúrate de que la máquina funciona correctamente y de que la cultura de la empresa está bien establecida. En mi caso, el hecho de que los altos ejecutivos de la empresa lleven años en ella y de que los conozca muy bien hace que la transición sea más fácil. Son personas cuyos gestos puedo interpretar, incluso por teléfono.
Antes de mi partida, dedicamos bastante tiempo a hablar de lo que iba a pasar. Les pedí a todos que me bombardearan con información durante los primeros días. Estar lejos significa que no podré ver lo que está pasando, así que tengo que sustituirlo con mucha información. Y sigo pensando invertir el 50 % de mi tiempo en lo que ocurre en la empresa de mi país.
Retos y oportunidades
Aun así, hay acontecimientos en la vida que son trascendentales, y este es sin duda uno de ellos. Estoy seguro de que planteará muchos retos y también creará grandes oportunidades. Y sé que la gente de la sede central me respalda, que están al mando y esperando para poner en marcha cualquier iniciativa que les envíe.
Dejo atrás mi empresa, solo para hacerla avanzar.
